¿Qué es lo que ha cambiado desde el Golpe de
Estado del 11 de septiembre de 1973 hasta ahora? Todo indica que el proceder o
actuar político no ha cambiado en nada, sólo se percibe que es hoy en día un
conglomerado mal llamado “clase política”, un poco para demostrar que se trata
de una nueva elite social, intocable y que dirige el devenir de toda la
población de Chile, una especie de “Nomenklatura”, Neo Liberal, que levanta
algunos partidos políticos y sus dirigentes como banderas de lucha sin ocultar
nada, mientras otros subrepticiamente lo hacen, pero todos actúan como una sola
entidad de clase, de casta social.
El haber comenzado con una pregunta, alterando toda normativa estructural de redacción periodística, conlleva de por sí que los lectores, también, comiencen a preguntarse esto. En los primeros años de la mal llamada democracia, que en verdad es una especie de dictadura de una “clase política”, que despertaba y aun lo realiza, de manera obscena, la situación no esclarecida de los Detenidos Desaparecidos durante los años de dictadura militar y que no han tenido la voluntad de realizar, producto que le entrega votos de la población que sufrió el oprobio de ello; un familiar, un amigo, un pariente lejano pero habitual en las reuniones de parientes, son reabiertas en cada elección presidencial, de senadores, gobernadores y alcaldes. Los libros editados durante el primer gobierno democrático de Patricio Aylwin, elaborados por una recopilación hecha por las “comisiones Rettig” y la “Comisión Valech”, donde salen los nombres de quienes fueron torturados políticos y quienes se encuentran aún desaparecidos. Aunque en los años posteriores aparecieron vivos sujetos que figuraban como DD (detenido desaparecido), permitiendo que sus familiares cobraran dineros otorgados a los parientes que estaban en vida.
Lo ultimo descrito en el párrafo anterior deja expuesto el grado de sinvergüenzura existente entre los habitantes de este largo y estrecho territorio. Donde al parecer, “la pillería”, esta aprobado y escrita como norma de vida, donde el respeto a la persona pasa a segundo plano. Un claro ejemplo de ello, y que vive cada habitante es el gran negocio establecido en el gobierno de Lagos, con el impuesto a la bencina, el cual seria provisorio hasta que se superara la crisis que lo generó, y aún hoy se mantiene, donde uno paga casi el 50% en impuesto por cada litro con el cual llena su estanque. Otro ejemplo, es la reforma laboral, donde se lograría a las personas alcanzar el contrato indefinido al tercero de estos que haya firmado y si no, si sigue firmando el libro de asistencia o marcando en el sistema establecido por el sistema, se considerará que ya es indefinido; las empresas “inteligentemente”, realizan contrato de uno y dos meses, donde la convención instituida, al dejar que será en el tercero la contrata indefinida de la persona, al segundo de estos documentos, se le informa en seguida o unos días después, que su vinculación durará cuando finalice lo estipulado en lo transado y expuesto en acta de tres copias.
Se va apreciando que la “alegría”, nunca llego al pueblo, sino a un grupo de sujetos que se enquistaron en el poder político y con la venia del empresariado, y mientras los protejan pueden hacer usufructo de los beneficios del poder que obtenga. Un entramado que lleva a recordar a los grupos mafiosos expuestos en series como “Los Intocables”, o películas de la talla de “El Padrino” y de “Scareface”. En ese mundillo, donde el 10% de la población se hace participe de algún partido político, en pos de lograr un lugar dentro del entramado existentes de instituciones públicas o del Estado o algún beneficio económico que le aporte, por “su lealtad”, hacia quien figura como autoridad, y que dista mucho de ser líderes, al carecer del carisma y de los principios que conlleva serlo. Un líder es por un tiempo y mientras logre los objetivos que expuso que son sus motivaciones para que la gente del país progrese. Esto no se escucha en ninguna de las propuestas de los cada vez más candidatos que se presentan a los actos eleccionarios, sólo palabras de buena crianza que atraigan votos y saber como defenderse de los ataques del contrincante, pero de objetivos y finalidades de querer lograr superar crisis o dar saltos cuantitativos para lograr el desarrollo del país. ¡Nada! Chile se debate en una caída libre a la precariedad del país, a un retroceso donde la pobreza y la ignorancia se transformen en el caldo que permita a los habitantes a caer en una categoría de infrahumano.
Bajo estos parámetros se aprecia como la educación ha ido involucionando hacia un sistema que esta sacando de universidades e institutos profesionales ha personas que se pueden denominar analfabetos-doctos. Lo primero porque no saben realizar las funciones matemáticas básicas y carentes de comprensión lectora, pero con títulos profesionales, que supuestamente les permite desarrollar actividades específicas de la profesión obtenida. Pero, lo que se ve que las “habilidades”, obtenidas, están ligadas más a la forma de como jugar al limite de lo legal para enriquecerse y “explotar” a otros para lograr beneficios económicos.
Bajo este esquema de precariedad intelectual y
profesional, los egresados y titulados, que sueñan con dar el salto económico y el progreso familiar, como asimismo el sueño de sus padres, al ser los primeros de sus familias en alcanzar un titulo universitario, ven sus expectativas frustradas al encontrarse que los trabajos están estructurados, por una suerte de los colegios privados de la “cota mil”, donde se estudió, y el nepotismo arraigado en cada organización y estructuradas socialmente. Nadie de otra esfera fuera de aquella establecida, donde los contactos sociales y la vinculación familiar, lograda en estos colegios, son el nexo para el progreso de los individuos dentro del país. Ellos se protegen y se encubren, y las ideologías son parte de aquel juego que les permite mantener a la población dividida y creyendo que son ellos quienes elijen a sus autoridades, en tanto, en verdad, son aquellos grupos enquistados en la cúspide social, quienes determinan quien, y porqué debe gobernar en una provincia, gobernación municipio o en el mismo sitial presidencial del Estado. Todo está negociado ya, y el show mediático establecido es un distractor, que mantiene el statu quo de la sociedad.
Basta ver como manejan a la gente con los actos eleccionarios, a principios del fin de la Dictadura, con el “Si y el No”, llevaba a imaginar que los posteriores actos eleccionarios serian entre dos candidatos, dos posturas diferentes y que los conglomerados elegirían a quien los representaría y los electores demostrarían si estaban de acuerdo con el programa y el aspirante al cargo público, en las urnas. Todo eso quedo invalidado, después del primer Michelle Bachelet y en la derecha política, comenzaron ha verse atisbos de llevar a la población adepta a la posición política a votar en primarias por el candidato, tratando de demostrar que eran ellos quienes elegían al candidato. Hoy vemos que las coaliciones obligan a la población a concurrir a las urnas en días festivos y de descanso de las personas, trastocando por ley constitucional los días de descanso de la población y castigando a quien no lo realice con multas que pueden llegar sino son pagadas con cárcel. ¿Democracia o dictadura?
Claro no es una autocracia, pero podríamos denominarla como una “oligocracia”, donde un grupo se adueña del poder político de un país, y se divide en dos o más tendencias, supuestamente ideológicas o que persiguen un fin, pero que mantiene en su cúspide piramidal a los mismos individuos o sus familiares en los puestos claves y estratégicos del Estado y dentro de las empresas privadas… curiosamente cuando los sujetos de una tendencia ideológica pierden el gobierno del Estado se vuelcan a la empresa privada y los que estaban en estas últimas asumen los cargos vacantes dentro del mundo público del país. Es muy raro que queden sin cargos, y si sucede estos es por que han caído en desgracia dentro de esta “nomenklatura” política que rige el devenir de Chile.
En este devenir donde se sueña con alcanzar el desarrollo con empresas de servicios, pues las transformadoras de materias primas en bienes finales, son costosas para la obtención a corto plazo de grandes utilidades y eso las transforman en poco competitivas. Huachipato fue la última, porque los importadores, que pertenecen a estos grupos empresarios-políticos, permitieron bajar los aranceles del metal adquirido por ellos en el extranjero, en especial de China, lo que hacia que el costo productivo en el país, fuera más alto y poco competitivo al hierro traído del extranjero. No les preocupó haber dejado a miles de chilenos sin trabajo, lo relevante que mantenían obteniendo las ganancias a corto plazo que ellos pretendían. Ahora el Gobierno actual, nada hizo y silencio todo, los medios de comunicación poco o nada han dicho de esto, dándole más importancia a los actos de corrupción dentro del Estado, los cuales ahora ultimo han sido más descarados que los anteriores y que venían desarrollando desde el gobierno militar.
Nadie recuerda, eventos como el caso de las
empresas de papel donde el biministro de economía y hacienda estaba implicado,
el trafico de armas hacia las repúblicas yugoslavas, los “pino cheques”, sin
olvidar los ocurridos con el advenimiento de esta “oligocracia”, como fue el
caso Riggs, caso coimas, fraudes a empresas estatales durante el gobierno de
Frei, aunque quien cimentó todo esto fue el comienzo de esto, con Aylwin.
Durante Lagos, se ve incrementada la situación
de lo ocurrido en el Ministerio de Obra Públicas que venía de la administración
de Frei, conocido como MOP-Gate, los sobresueldos que seguirán surgiendo hasta la
actual administración de Boric, en esta última con total desparpajo. Las coimas
y el caso Inverlink, también aparecieron en el gobierno de Lagos, -el más
querido por los empresarios chilenos-; como también el caso “Chile-deportes y
Publicam”, y otro caso heredado del gobierno de Frei. Es, además, en esta
administración donde se entrega al ex presidente Aylwin un sueldo vitalicio por
el ejercicio de su presidencia y el estar al borde de la pobreza, en su casa de
Providencia, este sueldo se perpetuará a todos los expresidentes y pronto se le
entregará a un Senador, “por su lucha por el retorno a la democracia”,
trastocando lo expresado en el primer gobierno oligocrático, donde “nunca más habrá
senadores vitalicios y otros cargos vitalicios”.
Los casos de corrupción al interior de las FFAA
y Carabineros se irán incrementando con el transcurrir de la oligocracia
imperante, donde se aprecia que “si todos roban ¿por qué no lo hacemos
nosotros?”, una elite ligada a la oficialidad y sus estudios, que conllevaba a
ver que los dineros que quedaban remanente de los proyectos podían ser
adquiridos por ellos, como también el abuso de los pasajes aéreos, a los cuales
estaban acostumbrados a realizar en plena dictadura militar, al cobrar pasajes
de primera y business en sus viajes al extranjero y viajar en clase turista,
esa diferencia iba a sus bolsillos,
entre otras malas prácticas. Pronto veremos muebles de “Ratán” y compra de
aviones mirage “Elkan”, Donde no era importante la defensa, sino las utilidades
que puedan entregar los negocios de armas que se establecerían, entre otras
situaciones o la forma de cómo se hacían de millones de pesos los comandantes
en jefe del ejército y otras fuerzas policiales.
Poco a poco Chile estaba inmerso en una red de
corrupción donde los senadores y diputados, llegaban a negarse por legislar la
toma de exámenes a ellos, para ver si consumían drogas o no. Sorprendiendo a la
población que no vio representado su impresión en los medios de comunicación
existentes en el país.
Posteriormente los gobiernos de Bachelet es donde los casos de corrupción y desfalco al Estado florecen como “callampas en el campo mojado”: Casos como Caval, donde su hijo Sebastián Dávalos y su nuera, Natalia Compagnon, estaban inmiscuidos, llegándose a inmiscuir al empresario Andrónico Luksic (reunión de Junta de accionista de Quiñenco). El caso Soquimich ocurrido en el segundo gobierno de Bachelet, el “pacogate”, incluso se le vinculó al caso Odebrecht, una empresa brasileña que pago sobornos a los estados latinoamericanos y de África, para obtener contratos de explotación.
Las redes de corrupción se fueron enquistando y
convirtiéndose en algo habitual dentro de la “clase política”. Intocables donde
proclamaban por todos los medios, sus derechos constitucionales, sin hablar en
ningún momento sus deberes cívicos y con quienes votaron para establecer una
legislación orden por el camino que debe regirse el país. Piñera jamás habría llegado a ser senador de
la República y menos ser presidente y dos veces seguida, sino fuese por que
quienes asumieron la responsabilidad de llevar al país a la democracia, no
hubieran caído en ello. Lograba, siendo presidente Eduardo Frei RT, llegar a
Senador, donde estuvo implicado en la acusación de sus ex amigos José Yurascek,
Marcos Zylberberg, Luis Fernando Mackenna, Marcelo Brito, Arsenio Molina
y Eduardo Gardella, de fraude en “el negocio del siglo”, donde las acciones “chispas”,
de la empresa Enersis, vinculada al holding de Chilectra, habían alcanzado el peak de su precio y con ella, los antes
nombrados negociaban la venta de ella, a la empresa Endesa España, quien así
controlaría la mayoría de la energía eléctrica
que se transmitía y vendía en el país. Piñera salía viajando a la Península Ibérica,
con permiso de ausentarse del Congreso por un tiempo y después de haber la
justicia sancionado a los empresarios con una multa de alrededor a los 75
millones de dólares, por actuar fraudulento, con el objeto de vender las mismas
acciones a la empresa española de electricidad (Endesa-España). Si bien le
costo su cargo de Senador, justificaba su proceder al limite de lo ilegal, que «Yo negocio con el que me ofrece mejores condiciones. Pero
la gran diferencia es que lo hago como dueño y sin representar a nadie».
Los
actos que bordean el limite de lo legal e ilegal, son un prontuario extenso en
Piñera, quien tenía la virtud de obtener información privilegiada, gracias a
los parientes y gente que consideraba amigos que laboraban dentro de las
instituciones públicas del país, ejemplo de ello, Andrés Chadwick, entre varios
más. Su red, al parecer era bastante extensa e involucraba a muchos partidarios
de Renovación Nacional y la Democracia Cristiana. Sebastián Piñera, no habría llegado
a la presidencia y a ser senador de Chile, si la red de corrupción de los
gobiernos anteriores, no le hubiera precedido. Fue un hijo de las
circunstancias que supo aprovechar en el desorden político administrativo que
iba ocurriendo al interior del Estado de Chile.
Y por último, durante este ultimo gobierno los casos de corrupción parecen ir concretándose como una actividad legal y habitual en quienes llegan al poder, como si este corrompiera en grande…más cuando el nepotismo, el abuso de poder para demostrar que se es una buena autoridad, son normas establecidas dentro de la administración del Estado y sus instituciones, que conlleva a dejar impunes de todo acto ilegal a quienes ejercen un cargo de autoridad dentro del entramado político administrativo del país. Un evento que para Narco empresarios, con una mediana inteligencia, son elementos vitales para enquistarse en el entramado socio administrativo de un país y establecer su imperio. Procultura, el aparente saqueo a Corfo que realizó el gobierno, al sacar miles de millones de pesos para quizás qué cosa o simplemente para tapar los hoyos que han generado en el país durante su administración.
Chile en esta oligocracia, ha ido caminando hacia un precipicio, lo curioso que la única semejanza con el mito de Sísifo, es el que se esta empujando una roca, pero la diferencia es, en vez de hacerlo hacia la cima de la montaña, se realiza en descenso, con las consecuencias que está trayendo a los habitantes de todo esta larga y angosta faja de tierra, acostumbrado a querer vivir tranquilos, sin zozobras, en un aparente entorno de paz y orden. Una herencia de los tiempos coloniales con gente de corta visión e intelecto, pero al carecer de esto, Dios los doto de otras “virtudes”, que no han sido las más beneficiosas para el crecimiento y desarrollo de cada
habitante del país, es decir la Nación que habita este territorio, con una soberanía interna y otra externa, las cuales se encuentran en duda de seguir existiendo; mientras los chilenos sigan escuchando los cantos de sirena que los candidatos que cada cuatro año se presentan a ocupar algún sitial dentro del poder ejecutivo o legislativo del país, que al parecer ya llegan con compromisos fuertes con sujetos de dudosa reputación y que solventan sus candidaturas. Los chilenos aun siguen votando “por el mal menos”, creyendo que hay niveles del mal, cuando es el pensar en hacer daño a otros, lo que se conoce la maldad y lo que se percibe como grado, es el instrumento con el cual se hará la perversidad.
Al final quienes se han enquistado en esta Oligocracia, sólo se han detenido a obtener beneficios personales en detrimento de toda la población a quienes miran como los lacayos o peones que deben entregarles su trabajo, su esfuerzo y sus votos a ellos, quienes por su herencia y ubicación de autoridad les deben otorgar. Hoy votar por uno u otro sujeto que se presente a candidato a algún cargo dentro del entramado público, da lo mismo, porque la “clase política”, opera como una sola.

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