Poco a poco, con el advenimiento de la supuesta democracia que llegó, después del triunfo del “No”, la ciudadanía chilena ha visto como su entorno social se va precarizando aún más. Como si de un castigo se tratara por los detenidos desaparecidos y las personas que sufrieron el oprobio y el castigo ocurrido posterior al Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
La idea dispuesta por el primer presidente democrático
que tuvo el país post acto plebiscitario, donde el “No”, al continuismo de
Augusto Pinochet, gano, expuso con gran desfachatez, que el “pueblo”, los
ciudadanos que con sus votos dieron el triunfo a esa opción, solicitaba que “volvieran
a sus casas, porque ahora eran los políticos quienes tenían que hacer su
trabajo”. Una labor que ha ido empobreciendo a toda la población mientras ellos
cada año mejoran su dieta parlamentaria, y los sueldos de quienes cumplen
funciones dentro de la administración del Estado.
La política de los consensos, fue el paso siguiente que afecto grandemente a la población del país, en especial a la clase media, que con su pujanza sostenía el sueño de alcanzar el desarrollo y así lograr un mejor porvenir para todos. Todo era y aun es negociado entre las paredes de los poderes del Estado, en franco detrimento de todos los chilenos y el beneficio de algunos. Tal vez por ello, se establece el poder de las minorías, donde la universalidad de todos queda supeditada por la democracia, a no dañar a las minorías que difieren a lo que opta la mayoría.
Los Derechos Humanos, que se establecieron con el fin de proteger a la población de los abusos de los aparatos del Estado, hoy quedan en duda, y se aprecia más una cuestión de negocio político que lleva a ver, que beneficia sólo a una parte de los grupos políticos. Un ejemplo de ello fue el estallido social, donde una masa de sujetos se alzó para protestar por el alza de treinta pesos del Metro de Santiago y que corrió como reguero a otras regiones y ciudades del país, incentivando el saqueo en otras ciudades de Chile y comunas del gran Santiago. Todo Chile estuvo sometido a los deseos de un grupo de sujetos que no tenían ni ley ni orden y no seguían a ningún político, aparentemente. Lo curiosos que esa convulsión social de lumpen, entre octubre de 2019 y marzo de 2020, permitió el ascenso a la presidencia de uno de los suyos, que estudiaba derecho en la Universidad de Chile. Desde ese momento la delincuencia se hizo dueña del país y las fuerzas policías sancionadas en su actuar, haciendo del país uno donde la corrupción ha hecho su imperio.
Los tratados firmados por el primer gobierno democrático y el proceder posterior de los gobiernos que le precedieron, demuestran una supuesta deuda histórica con el mundo, Esto debido a que se nos abrieron las puertas a quienes sufrieron la deportación y el exilio en plena dictadura militar y por ello se ha procedido a pagar en 33 años lo que aparentemente ocurrió durante los 18 años de dictadura, pero jamás se han esclarecido lo que sucedió y donde están los cuerpos de los detenidos desaparecidos, No ha existido ni existirá una voluntad política por hacerlo, sólo las comisiones Rettig y Valech, que dejaron las listas de las personas que vivieron tortura y que hoy no se encuentran entre nosotros, por algún hecho violento o tormentos aplicados. Los políticos han convertido esto, en un negocio propagandístico, que cada año electoral, reabren las venas del dolor para obtener votos y perpetuarse en algún asiento del poder administrativo del Estado, en un país donde cada día aumenta la precarización laboral y se cierran las fabricas transformadoras de materias primas en bienes finales.
A tanto ha llegado la precarización laboral que se acabo el contrato indefinido, y son sólo algunas personas las que logran obtenerlas, amén a servicios concedidos y nepotismo en gran envergadura. Esto permite que surjan como el recientemente ocurrido a una funcionaria con el subsecretario del interior, Manuel Monsalve, denunciado por el delito de violación y abuso sexual contra esta trabajadora del Ministerio, una vez finalizada una cena en hotel de Santiago, un día 22 de septiembre de 2024. Y otros más que la memoria chilena, no me permite recordar, dado lo cortoplacista que es. Lo único real, que los abusos de poder, tráficos de influencia, son parte de la corrupción que se ha ido enquistando en el país y cuya responsabilidad cae profundamente en quienes han tenido la responsabilidad de guiar al país hacia un camino de paz, armonía y desarrollo, Cosa en la cual se han mostrado al debe.
Esa falta de compromiso con sus electores y quienes le han dado la confianza de entregarle su cuota de poder para dirigir los caminos de municipios, gobernaciones o intendencias, o el mismísimo sitial de la primera administración, sin olvidar a los miembros que constituyen las dos cámaras del Congreso chileno, se ve demostrado en las leyes dictaminadas, como las existentes en el código del trabajo. Llevando a recordar que en las reformas sucedidas durante el gobierno e Ricardo Lagos se modificaron, ´permitiendo que los empresarios “ordenaran”, el proceso de contratación, estableciéndose contratos a fechas por uno, dos meses, renovables siendo el tercero el que se transformaba en indefinido. Y que hoy se hace para tener a las personas por tres meses con dos contratos y se les informa después que no se les renovara, haciendo que mantengan siempre cada tres meses a personas con el sueño de lograr pasar al tercer contrato y lograr un trabajo estable e indefinido.
Todo se ha convertido en confuso, desordenado y poco eficaz, para que decir de eficiencia. Lo de proactivo sólo se visualiza en sujetos que se muevan como si tuvieran pidulle, sin justificar su trabajo realmente, Es más importante la forma que el fondo. Quedando la proactividad en ver quien se mueve más, en vez de apreciar a la persona que realiza labores, en un tiempo determinado y bajo costos que pueden aumentar el valor de las gestiones.
Educación, Salud, Previsión social, Fuentes laborales, industrialización, seguridad, empresas estratégicas como la de electricidad, agua potable, todo ha ido cayendo en un esquema donde todo es deteriorado, corroído, por una visión cortoplacista de lograr utilidades, ganancias, no importando la forma de obtenerla y el daño que puedan generar a largo plazo. La ganancia en el tiempo más breve es mejor, sin importar los costos y las secuelas que deje. Y en esa conducta, el narcotráfico hace su imperio, junto al tráfico de armas, de órganos y trata de personas. Por ello, los procesos migratorios ilegales y legales que se han establecidos, permiten encubrir a estos.
La destrucción del país se debe a sujetos ambiguos, que profesan una tendencia ideológica por que ven en ella una ganancia económica y un bienestar socio-económico, Durante la última elección como presidente de Michelle Bachelet, escuche a un político opositor profesar “soy aliancista y bacheletista”, demostrando esa nada de sutil ambigüedad, que dictamina el negocio y la ganancia a corto plazo. Es el dinero y su obtención lo que prioriza todo el quehacer político, social y económico de Chile y hoy se muestra como ejemplo, con la creación de las sociedades anónimas en el futbol, como es destruido todo lo establecido, en cada club por el beneficio de la utilidad, Aquellos que se apoderaron de la salud, de la previsión social, de la educación en todos sus niveles, de las fuentes de trabajo, ahora lo hacen con el deporte más popular, el futbol. En él , que mueve millones, por derechos de transmisión, merchandising y jugadores, desarrollo de series inferiores que lleven a los jóvenes a evolucionar hasta llegar al primer equipo, todo ello se ha corroído y se ha precarizado la actividad como todo lo que ha sucedido en las diferentes instituciones del país.
Por ello, no votaré por nadie que no toque ni hable estos temas y exponga sobre el cierre de la Usina de Huachipato, La última de las grandes fabricas chilenas, liquidadas por esta idea de corroer todo por la obtención de dinero a corto plazo. El tongo de salir bailando o hablando cosas superfluas en cada acto eleccionario donde se presente, y hacer una guerra por lograr ver que en las encuestas sube su porcentaje adhesión, sólo llevan a apreciar lo carentes de ideas y sueños por hacer de Chile un mejor país, que tiene cada candidato que se presente desde su llegada a la democracia de nuestro Chile hasta hoy.
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