El cierre de la Usina de Huachipato parece haber sido beneficioso para el empresariado y los competidores extranjeros, pero no necesariamente para Chile. La pérdida de empleos y la dependencia del exterior son consecuencias negativas que podrían haber sido evitadas si se hubieran tomado medidas para apoyar a la industria siderúrgica nacional
Intereses en juego
- Empresariado: La empresa siderúrgica CAP, propietaria de la Usina de Huachipato, podría haber considerado que el cierre de la planta era necesario para reestructurar sus operaciones y enfocarse en áreas más rentables.
- Competidores extranjeros:
Los competidores extranjeros de la industria siderúrgica podrían haberse
beneficiado del cierre de la Usina de Huachipato, ya que esto podría haber
reducido la competencia en el mercado chileno y permitido a estas empresas
aumentar su participación de mercado.
- Inversores: Los inversores
que tenían acciones en CAP podrían haberse beneficiado del cierre de la planta
si esto les permitió a la empresa reducir costos y aumentar su rentabilidad.
¿A quién le convenía el cierre
de la Usina?
- Al empresariado: Es probable que el cierre de la Usina de Huachipato haya sido beneficioso para el empresariado, ya que les permitió reestructurar sus operaciones y enfocarse en áreas más rentables.
- A los competidores
extranjeros: Los competidores extranjeros podrían haberse beneficiado del
cierre de la Usina de Huachipato, ya que esto les permitió aumentar su
participación de mercado en Chile.
¿Y a Chile?
- Pérdida de empleos: El cierre de la Usina de Huachipato resultó en la pérdida de empleos directos e indirectos, lo que tuvo un impacto negativo en la economía local.
- Dependencia del exterior: El
cierre de la planta siderúrgica nacional podría haber aumentado la dependencia
de Chile de las importaciones de acero, lo que podría tener implicaciones para
la economía y la seguridad nacional.
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