Admirador y fuertemente influenciado por el pensamiento del poeta, ensayista Ralph Waldo Emerson, el pensador argentino José Ingenieros, destaca por su pensamiento positivista, haciendo grandes aportes al conocimiento científico universitario, donde se puede apreciar el fuerte arraigo a conocimientos sobre ocultismo y teosofía. Será la decada de los 1910 a 1919, en los comienzos del siglo XX, donde se adentrará hacia una línea de pensamiento más relacionada con aspectos morales y políticos, por influencia del escritor norteamericano Ralph Waldo Emerson un fenómeno que comenzó a darse en los intelectuales de su tiempó, ante los hechos que se comenzaban a ver y que hacian sentir los vientos de una gran conflagración a nivel mundial. La Primera Guerra Mundial (1914-1918), donde el sentido de lo correcto pasaba a segundo plano y predominaban una serie de intereses, mostrando un alto grado de degradación humana, muy similar a lo que se aprecia con la llegada del siglo XXI, donde los dirigentes y autoridades de los gobiernos en cada país, y de los organismos internacionales muestran una tendencia a la corrupción y acciones al borde del limite entre lo correcto e incorrecto y donde la línea de aquello se va disolviendo en un entramado social que ve desvanecer toda esperanza de construir y desarrollo de los paises.
José Ingenieros, tal vez no fue el primero en exponer sobre una identidad propia, personal, dentro de un país latinoamericano, como es Argentina y que hoy aún perdura, perdurando a través del tiempo y de generaciones. Incluso, como ejemplo, la imagen propagandistica del actual presidente argentino, con sus grandes patillas y el pelo enredado, es un icono de defensores de la patria de la talla, de Juan de Rosas, Facundo Quiroga y José de San Martín entre otros proceres de "las Provincias Unidas de La Plata". Antiimperialista por excelencia, dejó de existir un día 31 de octubre de 1925, producto de una meningitis invasiva que lo llevó al descanso eterno.
En su libro "El Hombre Mediocre", demuestra a la idea de mediocridad, como la fuente donde comienzan todos los vicios, una percepción masónica del hombre, a quien juzgan nacido para el desarrollo de trabajos fisicos e intelectuales y el no realizar esto lleva a la tendencia hacia la vulgaridad y el permitir que las bajas pulsiones humanas rijan el existir de los individuos.
El Hombre, según la percepción del ensayo escrito por José Ingenieros, producto de una sociedad a nivel mundial, donde lo rutinario, las pocas expectativas en diferentes ámbitos del desarrollo humano (deportivo, intelectual, económico, social), han ido quedando demarcadas por un sistema que busca la domesticidad de ellos, a través de la hipocresía y la falsedad, donde la imagen es más importante que el conocimiento y deseos de conocer y aprender. El libro intenta ser un llamado de atención para la juventud para evitar esto, mediante el soñar con nuevas ideas que han sido creadas gracias al estudio, el conocimiento obtenido, su ingenio y creatividad, y primando la dignidad del individuo como prioritaria.
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